¿Tienes miedo al mal aliento?
El mal aliento o el miedo al mal aliento es una afección común pero poco comprendida. El diagnóstico se basa en la separación entre la sensación de mal aliento de la persona y la experiencia percibida por los demás de que no hay ningún olor inusual. La mayoría de los protocolos de tratamiento ofrecen uno de dos enfoques diferentes: 1. Modificación de la conducta o terapia cognitivo-conductual (TCC). Todos alientan cambios de pensamiento para encontrar la irrealidad del síntoma. A menudo se combina con una pareja no terapéutica que responde con calma al aliento exhalado comentando el olor. 2. La psicoterapia de orientación psicoanalítica combina la experiencia actual (aumento de la creencia en el mal olor de la persona) con miedos...

¿Tienes miedo al mal aliento?
El mal aliento o el miedo al mal aliento es una afección común pero poco comprendida. El diagnóstico se basa en la separación entre la sensación de mal aliento de la persona y la experiencia percibida por los demás de que no hay ningún olor inusual. La mayoría de los protocolos de tratamiento ofrecen uno de dos enfoques diferentes:
1. Modificación de conducta o terapia cognitivo conductual (TCC). Todos alientan cambios de pensamiento para encontrar la irrealidad del síntoma. A menudo se combina con una pareja no terapéutica que responde con calma al aliento exhalado comentando el olor.
2. La psicoterapia de orientación psicoanalítica combina la experiencia actual (creencia aumentada de que la persona huele mal) con miedos al rechazo del pasado. A través de una experiencia emocionalmente correctiva con el terapeuta, los pacientes ganan confianza en que su miedo al mal olor puede reducirse a un síntoma tratable en lugar de un miedo global.
Si bien ambas terapias brindan un alivio importante (junto con medicamentos contra la ansiedad o la depresión para reducir la presión de los síntomas), ninguna es suficiente para controlar los elementos fóbicos del trastorno, que incluyen:
– Alerta ante las reacciones de los demás.
– Signos de referencia, lo que significa que las personas se alejan de ellos porque les repugna su mal aliento, lo que puede provocar reacciones autocumplidas.
– Reacciones de pánico que incluyen respiración superficial, sudoración, desmayos, etc.
El desafío para una psicoterapia exitosa para estos individuos sigue siendo la persistencia de los elementos delirantes de la fobia. Incluso si no hueles mal hoy, ¿cómo puedes confiar en que tu mal aliento no volverá mañana?
Por ejemplo, un paciente remitido por su dentista se quejaba de aislamiento social debido a la percepción del olor de su aliento. Después de una historia detallada, el paciente admitió que no tenía información real sobre su mal aliento real, pero dedujo de las reacciones de las personas que les daba asco. Sus deducciones involucraron a personas en el metro que le daban la espalda o se cubrían la boca o la nariz en su presencia. Reconoció la posibilidad de que pudiera inspirar confianza en otros, pero se sintió incapaz de probar o refutar su teoría. A medida que desarrollamos una mejor relación, accedió a dejarme oler su mal aliento exhalando en mi cara.
Quedó atónito cuando no me di la vuelta con disgusto sino que encontré un mal aliento completamente neutral. Aceptó reclutar un compañero, ya sea un familiar o un amigo, para responder a sus preocupaciones sobre su boca. Sin embargo, encontró abrumador el proceso de “reclutamiento” y por eso mantuvo su conexión individual conmigo como aliado terapéutico. Aunque hemos frenado parcialmente su ansiedad, el caso resalta algunos de los desafíos del tratamiento:
Desafíos para un tratamiento exitoso:
1. Las derivaciones, normalmente de dentistas, son difíciles. Los halitófobos no deben enfrentarse directamente a la irrealidad de su síntoma. Por lo general, una forma más suave de “sondear” el problema tiene más éxito, una habilidad de la que muchos dentistas tradicionales pueden carecer.
2. El tratamiento requiere un paciente comprometido. Las terapias recomendadas anteriormente requieren tiempo, esfuerzo y capacitación.
3. El proceso de desestimulación es largo (posiblemente de por vida) con picos y valles de perturbación.
4. La resistencia al cambio de creencias sobre la realidad del olor de su aliento puede estar asociada con una mayor ansiedad en otras funciones de la vida diaria. Esto debe entenderse y prepararse antes de tratar el mal aliento.
recomendaciones de tratamiento;
No existe literatura sobre el uso de psicoterapia de grupo para tratar el mal aliento. Me imagino que los principios del patrocinio de AA (creencia compartida en la falta de control sobre el síntoma) por parte de otros miembros del grupo y la disponibilidad de guardia en tiempos de crisis pueden ser bases importantes para una solución exitosa al mal aliento.
Sin embargo, no creo que el modelo por sí solo sea suficiente. AA se dedica al uso de sustancias y presenta una prueba “en blanco y negro” que carece de halitofobia. El miedo al mal aliento si no se trata es global y se basa en la autoevaluación del medio ambiente.
Una experiencia grupal se beneficiaría de manera óptima de los métodos tradicionales de psicoterapia grupal que se centran en cómo nuestras vidas actuales reproducen, a menudo inconscientemente, experiencias de nuestras vidas anteriores. Sin la profundidad de comprensión que los miembros del grupo pueden proporcionar, el modelo de AA puede aliviar el síntoma sin comprender claramente el significado del síntoma en la vida de esa persona. De esta manera, la persona con mal aliento puede carecer de la madurez emocional para establecer una conexión completa entre su síntoma actual y otros acontecimientos de la vida. Un grupo de terapia maduro en realidad refleja la experiencia de recreación durante el grupo. Los grupos emocionalmente alfabetizados y resilientes pueden comunicar a sus participantes el impacto de su comportamiento, lenguaje y emociones. Y quizás otros miembros del grupo proporcionen una base para su miedo.
Los problemas de mal aliento de las víctimas son realmente elevados. A menudo hay pánico a entablar relaciones sociales por miedo al rechazo. El modelo AA es un punto de partida para afrontar el control de síntomas. Sin embargo, sería útil un tratamiento individualizado que tenga en cuenta tanto la etiología del síntoma como el cambio de comportamiento. Lo ideal sería un grupo de psicoterapia continua que aborde el mal aliento, pero también cuestiones de adaptación a la vida después de una vida llena de aislamiento delirante y miedo.
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