La fascinante ciencia detrás del aroma de la lluvia: ¿Puedes oler cuando llueve?
¿Alguna vez te has parado en la puerta de tu casa en un día caluroso de verano o en una tarde fría y helada de invierno y has pensado que podías oler la lluvia que se avecinaba? Resulta que este fenómeno no está muy extendido, lo que lleva a muchos a preguntarse si se basa en hechos científicos o si es simplemente un mito extraño. @media(min-width:0px){#div-gpt-ad-healthy_holistic_living_com-box-3-0-asloaded{max-width:468px!important;max-height:60px!important;}} Si ha estado navegando por las redes sociales en un día particularmente nublado, es posible que se haya topado con un debate polarizador: hay quienes proclaman con confianza su capacidad única para predecir lluvia basada en señales olfativas, mientras que otros parecen decididamente dudosos. Independientemente, en…

La fascinante ciencia detrás del aroma de la lluvia: ¿Puedes oler cuando llueve?
¿Alguna vez te has parado en la puerta de tu casa en un día caluroso de verano o en una tarde fría y helada de invierno y has pensado que podías oler la lluvia que se avecinaba? Resulta que este fenómeno no está muy extendido, lo que lleva a muchos a preguntarse si se basa en hechos científicos o si es simplemente un mito extraño.
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Si ha estado navegando por las redes sociales en un día particularmente nublado, es posible que haya notado un debate polarizador: hay quienes proclaman con confianza su capacidad única para predecir las precipitaciones basándose en señales olfativas, mientras que otros parecen francamente dudosos. Sin embargo, independientemente del campamento en el que te encuentres, existe alguna evidencia intrigante que respalda el concepto de los olores antes de la lluvia. Numerosos factores contribuyen a este fenómeno olfativo, entre los que destaca el encantador aroma del petricor.
El fascinante misticismo de Petricor
Petrichor, un término derivado del griego, donde "petros" significa piedra y "ichor" representa el fluido etéreo que fluye por las venas de los dioses antiguos, representa el aroma embriagador y terroso que impregna la atmósfera después de la lluvia, especialmente después de un período prolongado de sequía. Los mineralogistas Isabel Joy Bear y Richard Thomas introdujeron este término al mundo por primera vez en 1964, lo que sin darse cuenta provocó una fascinación generalizada por este misterioso olor.
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Aunque el petricor sigue siendo uno de los aromas naturales favoritos de muchas personas, hasta hace poco no se comprendió el motivo de su atractivo. En un revelador estudio de 2020, los investigadores descubrieron que el tentador aroma del petricor no solo era atractivo para los humanos, sino que también resultó irresistible para una variedad de otros animales.
La seductora llamada de Geosmin
La respuesta intrigante reside en la presencia de una bacteria común del suelo, Streptomyces, que produce un compuesto llamado geosmina. Este compuesto en particular es responsable del olor seductor que nos resulta inexplicablemente agradable. Sorprendentemente, el olfato humano tiene una mayor sensibilidad a la geosmina y es capaz de detectarla en cantidades excepcionalmente pequeñas, superando incluso la extraordinaria capacidad de los tiburones para oler la sangre en el agua. La bacteria Streptomyces produce geosmina para atraer criaturas, desde pequeños insectos hasta animales más grandes, que luego, sin darse cuenta, se convierten en portadores de las esporas de la bacteria, ayudándolas a extenderse por regiones más grandes.
Cuando llueve, las gotas de agua que golpean el suelo atrapan bolsas de aire en los poros del suelo, explicaron los investigadores en un estudio de 2015. Estas bolsas de aire escapan del agua y se convierten en aerosoles en miniatura, llevando consigo rastros de cualquier cosa con la que estuvieron en contacto, incluida la geosmina. El viento empuja estos aerosoles, permitiéndoles viajar grandes distancias, incluso por delante de las propias nubes de lluvia. Son estas partículas de aerosol las que las personas probablemente notan cuando huelen una lluvia inminente. Este proceso también es responsable de la presencia de bacterias en las partes altas de la atmósfera, ya que estos pequeños microorganismos son arrastrados por las ráfagas de viento.
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El dulce olor del ozono
Otro factor crucial para el olor de la lluvia inminente es el ozono. A diferencia del olor terrenal del petricor, el ozono tiene un olor ligeramente más dulce. El ozono está formado por tres átomos de oxígeno y su nombre deriva de la palabra griega "ozein", que significa "oler". Es un gas natural, pero también puede producirse por medios artificiales, como fertilizantes u otros contaminantes. Una carga eléctrica, ya sea procedente de un rayo o de una fuente artificial, puede crear ozono al separar el nitrógeno de las moléculas de oxígeno en la atmósfera. Después de interactuar con otras sustancias químicas en la atmósfera, algunas de estas moléculas pueden recombinarse para formar monóxido de nitrógeno, que eventualmente puede convertirse en ozono.
Una corriente descendente significativa de una tormenta inminente puede transportar ozono al suelo, donde luego es perceptible para los humanos. Esto se debe a que los rayos dentro de una tormenta pueden dividir las moléculas de nitrógeno y oxígeno en la atmósfera y recombinarlas para formar óxido de nitrógeno, que luego reacciona con otras sustancias químicas para formar ozono. El olor a ozono resultante es un fuerte indicio de una tormenta inminente. Los siguientes puntos ilustran este proceso:
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- Sturmbildung: Während sich ein Gewitter zusammenbraut, kommt es zu umfangreichen atmosphärischen Veränderungen, einschließlich der Erzeugung erheblicher elektrischer Energie.
- Ozonbildung: Diese elektrische Energie erleichtert die Bildung von Ozon durch die Spaltung und Rekombination von Stickstoff- und Sauerstoffmolekülen.
- Transport von Ozon: Mit dem Sturm verbundene Abwinde bringen das Ozon näher an die Erdoberfläche.
- Ozonerkennung: Menschen können dieses Ozon in Bodennähe erkennen und so das Herannahen eines heftigen Regensturms signalisieren.
La complicada relación entre el aire, las bacterias y el ozono
En una relación maravillosamente complicada, Streptomyces, el ozono y la lluvia interactúan para crear un fenómeno sensorial que puede actuar como un barómetro natural. La presencia de geosmina, producida por la bacteria del suelo Streptomyces, combinada con el olor único del ozono, proporciona una capacidad notable para predecir la lluvia incluso antes de que caiga la primera gota. Este proceso complejo y elegante es un testimonio de la maravilla de la naturaleza y su interconexión.
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Utiliza el detector de luvia natural
Así que la próxima vez que salgas, respira hondo y creas que hueles lluvia en el horizonte, debes saber que es muy probable que tengas razón. Reconozca que el atractivo aroma del Petrichor se debe a que la bacteria Streptomyces produce geosmina para atraer criaturas vivientes y multiplicar sus esporas. Tenga en cuenta que el olor a ozono es una señal reveladora de un aguacero inminente, creado por la energía eléctrica de una tormenta inminente. La conexión entre estos elementos es un testimonio fascinante de las complejidades de nuestro entorno y vale la pena sentir aprecio cada vez que sientes lluvia en el aire.
Oler la lluvia: ¿mito o realidad?
Como muestra esta investigación, nuestra capacidad de “oler” la lluvia en realidad se basa en la realidad y no solo en una ilusión olfativa. El aroma terroso del petricor producido por Streptomyces y el dulce olor del ozono se combinan para crear un aroma previo a la lluvia que podemos detectar. Esta compleja interacción de factores biológicos y atmosféricos no sólo nos permite predecir la lluvia entrante, sino que también contribuye a la belleza y la fascinación de la naturaleza. La próxima vez que sientas el característico olor de la lluvia inminente, piensa en los complicados procesos que se esconden detrás y quizás incluso lleves un paraguas por si acaso.
Fuentes: