La influencia de la nutrición en el cambio climático

La influencia de la nutrición en el cambio climático
El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Además de la industria y el tráfico, nuestra dieta está particularmente preocupada por el clima. La nutrición es un impulsor importante del cambio climático, pero a menudo se pasa por alto porque es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Un cambio a una nutrición más sostenible podría ayudar a resolver este problema.
La relación entre nutrición y cambio climático
emisiones de nutrición y gas de efecto invernadero
Alrededor de una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero son causadas por la producción y el consumo de alimentos. The main sources of these emissions are the deforestation and conversion of grassland into arable land, the release of methane due to digestive farm animals and the use of artificial fertilizers in agriculture.
Según un informe del Clima Mundial (IPCC), los productos animales, especialmente los productos de carne de res y lácteos, contribuyen más al efecto invernadero por calorías que a los alimentos vegetales. Esto se debe a que se requieren más recursos para la producción de carne y productos lácteos y se expulsan más emisiones que para la producción de alimentos vegetales.
Cambios de uso de la tierra nutricional y deforestación
Las actividades agrícolas ocupan alrededor del 50% de la superficie de tierra libre del mundo en el mundo. La producción de alimentos animales requiere significativamente más tierra que la de los alimentos vegetales. La carne de res es particularmente ineficiente, ya que se necesitan más de 20 veces más tierra por calorías que las papas o el trigo.
Otro aspecto que ilustra la relación entre nutrición y cambio climático es la deforestación. En muchas partes del mundo, la selva tropical se corta para dejar espacio para el cultivo de pastos o soja, cuyos rendimientos sirven como alimento en el engordador de los animales. Esta deforestación no solo agrega daño directo al ecosistema, sino que también conduce a pérdidas considerables de carbono, ya que los árboles almacenan carbono durante su crecimiento y liberación durante la destrucción.
Nutrición sostenible como enfoque de solución
Las ventajas de una dieta de vegetales
La dieta sostenible podría hacer una contribución significativa para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Una dieta vegetariana o vegana produce significativamente menos emisiones de CO2 que una carne a base de carne.
Eso no significa que todos tengamos que convertirnos en veganos de inmediato. Por supuesto, es importante prestar atención al requisito de nutrientes personales. Sin embargo, los ajustes menores, como el cambio de carne de res a pollo o el reemplazo de carne con fuentes de proteínas vegetales, ya pueden tener efectos significativos.
Consumo regional y estacional
Otro aspecto de una dieta sostenible es consumir alimentos regionales y estacionales. El transporte de alimentos a largas distancias crea considerables emisiones de CO2. Las bayas de espino bucle de mar del jardín local tienen un equilibrio de CO2 mucho más bajo que los kiwis de Nueva Zelanda.
Lo mismo se aplica a la comida estacional. Los tomates del invernadero en invierno tienen un mayor equilibrio de CO2 que los del cultivo al aire libre en verano. Respetar la temporada y comer alimentos cuando, por supuesto, están disponibles, mejora la huella ecológica de nuestra dieta. fazit
La conexión entre nutrición y cambio climático es un factor crítico pero a menudo pasado por alto. La dieta es responsable de una parte importante de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y contribuye significativamente al diseño y los cambios en el uso de la tierra.
Una dieta sostenible basada en una alta proporción de alimentos vegetales y prefiere alimentos regionales y estacionales puede ayudar a reducir los efectos sobre el cambio climático. Un primer paso puede ser comer menos carne, especialmente carne de res, y enriquecer la dieta con alimentos más ecológicamente sostenibles.
Al tomar decisiones conscientes sobre lo que comemos, no solo podemos promover nuestra salud individual, sino también la salud del planeta. ¡Cada comida cuenta!