referencia
Sazawal S, Dhingra U, Hiremath G, et al. Efectos de Bifidobacterium lactis HN019 y la adición de oligosacárido prebiótico a la leche sobre el nivel de hierro, la anemia y el crecimiento en niños de 1 a 4 años.J Pediatr Gastroenterol Nutr.30 de junio de 2010. [Epub antes de imprimir]
diseño
Ensayo comunitario, doble ciego, aleatorizado, controlado.
Partícipe
624 niños de entre 1 y 4 años de Nueva Delhi fueron asignados al azar para recibir leche de control o leche fortificada. Los parámetros hematológicos se evaluaron al inicio y al final del estudio. La altura y el peso se midieron al inicio, a la mitad y al final del estudio.
Medicamentos y dosis del estudio.
Los participantes recibieron leche de control o leche fortificada con 1,9 x 107 unidades formadoras de colonias adicionales.Bifidobacteria lactisHN019 y 2,4 g/día de oligosacáridos prebióticos durante 1 año.
Hallazgos clave
El consumo de leche enriquecida con prebióticos y probióticos redujo el riesgo de anemia y deficiencia de hierro en un 45% y aumentó el aumento de peso en 0,13 kg/año en comparación con los controles.
Efectos en la práctica
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 47,4% de los niños en edad preescolar y el 25,4% de los niños en edad escolar en todo el mundo padecen anemia. Se cree que alrededor de la mitad de estas anemias se deben a una deficiencia de hierro. En Estados Unidos, la OMS no considera la anemia como un problema de salud pública, y sólo el 3,1% de los niños en edad preescolar se clasifican como anémicos.1Sin embargo, los niños y niños pequeños pobres, pertenecientes a minorías e inmigrantes todavía corren el riesgo de sufrir deficiencia de hierro con y sin anemia.2
Este estudio de Sazawal sugiere una posible solución al problema global de las deficiencias nutricionales y, en particular, proporciona nuevos conocimientos sobre el tratamiento y la prevención de la anemia. Los efectos beneficiosos de los probióticos en el tratamiento de la diarrea están bien documentados, aunque parece que pueden tener un efecto fisiológico más extendido de lo que se pensaba anteriormente.3En un estudio paralelo, la leche enriquecida con prebióticos y probióticos redujo la cantidad de episodios de disentería, enfermedades graves y fiebre alta.
En un estudio paralelo, la leche enriquecida con prebióticos y probióticos redujo la cantidad de episodios de disentería, enfermedades graves y fiebre alta.
También se ha demostrado que una proporción saludable de bacterias intestinales beneficiosas en la infancia protege contra el sobrepeso y la obesidad en el futuro.4, 5y asociado con un riesgo reducido de diabetes gestacional.6
En cuanto al papel de los probióticos en el tratamiento de la anemia, estudios relevantes muestran que a los niños también se les dio una bebida de leche fermentada enriquecida con hierro.Lactobacillus acidófilotenían recuentos de glóbulos rojos más altos y eran más propensos a mejorar los niveles de hemoglobina con una mayor ingesta de hierro.7Estos estudios proporcionan evidencia del uso de ambos.Lactobacillus acidófiloYBifidobacteria lactispara prevenir la anemia en los niños.
Lo que puede ser más relevante para nuestros pacientes en los Estados Unidos y la creciente tendencia a la obesidad es la asociación entre un mayor IMC y una disminución del nivel de hierro. Según un artículo de Pediatrics de 2004, los niños con sobrepeso y obesidad tienen aproximadamente el doble de probabilidades de sufrir deficiencia de hierro.8Se puede esperar que la suplementación con probióticos en niños proporcione muchos beneficios, incluido un sistema inmunológico más fuerte y una reducción del riesgo de obesidad y deficiencia de hierro. Una explicación es que las grandes cantidades de calcio en la leche pueden tener un efecto protector contra el desarrollo de obesidad, diabetes tipo 2, síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular isquémica al reducir la absorción de grasa intestinal.9Puede que valga la pena considerar una intervención similar con leche fortificada en niños obesos para contrarrestar no sólo el desarrollo de dichas enfermedades sino también el riesgo asociado de deficiencia de hierro.
Si bien la anemia ciertamente afecta el desarrollo cognitivo, Lozoff et al. También se ha demostrado una relación entre la deficiencia de hierro con y sin anemia y un peor comportamiento en los bebés.10Una intervención relativamente simple como la descrita en este estudio podría tener efectos profundos en el desarrollo social y emocional de los bebés.
Este estudio no sólo destaca la importancia de las bacterias intestinales, sino que también nos recuerda la importancia de los prebióticos. Un ensayo de fórmula infantil sólo con probióticos no mejoró el crecimiento infantil, y Laparra et al. demostró que agregar inulina como prebiótico a Lactobacillus acidophilus aumentaba la absorción de hierro de los frijoles, pero cuando se agregaba, disminuía la absorción de hierroBifidobacterium infantis.11, 12
Los probióticos siguen representando una intervención segura y no invasiva que debe considerarse no sólo para los trastornos gastrointestinales, sino también como terapia complementaria para la anemia o el riesgo de padecerla.
