Relación
Hu Y, King M, Yuan C, et al. Asociación entre el consumo de café después del diagnóstico de cáncer colorrectal y la reducción de la mortalidad.Gastroenterología. 2018;154(4):916-926.
Borrador
Estudio observacional prospectivo.
Objetivo
Examinar la asociación entre el consumo de café después del diagnóstico de cáncer colorrectal (CCR) y la mortalidad.
Partícipe
Participantes (N = 1599) del Estudio de salud de enfermeras (1984-2012) y del Estudio de seguimiento de profesionales (1986-2012) que fueron diagnosticados con CCR en estadio I o II durante el período del estudio.
Parámetros objetivo
Cuestionarios semicuantitativos de frecuencia alimentaria (sFFQ) recopilados al menos 6 meses pero no más de 4 años después del diagnóstico. La ingesta inicial antes del diagnóstico se estimó a partir del último sFFQ completado antes del diagnóstico.
Ideas clave
Durante una mediana de seguimiento de 7,8 años, hubo un total de 803 muertes, 188 de las cuales se debieron al CCR. Los participantes que consumieron al menos 4 tazas de café por día tuvieron un riesgo 52% menor de muerte específica por CCR en comparación con los no bebedores (índice de riesgo [HR]: 0,48; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,28-0,83;PAGpara tendencia=0,003). Aquellos que consumieron más de 4 tazas por día también tuvieron un 30% menos de riesgo de muerte por cualquier causa (HR: 0,70; IC 95%: 0,54-0,91;PAGpara tendencia <0,001). Al evaluar el consumo de café antes y después del diagnóstico, aquellos que consumían consistentemente más de 2 tazas por día antes y después del diagnóstico tenían un riesgo 37% menor de muerte específica por CCR (HR: 0,63; IC 95%: 0,44-0,89) y un riesgo 29% menor de muerte por todas las causas (HR: 0,71; IC 95%: 0,60-0,85) en comparación con aquellos que bebían constantemente menos de 2. tazas a diario.
Implicaciones prácticas
En este estudio, el consumo de café después del diagnóstico de CCR se asoció de forma dosis-dependiente con un menor riesgo de mortalidad específica por CCR y mortalidad por todas las causas.
En particular, tanto el café con cafeína como el descafeinado se han relacionado con mejores resultados. Esto contrasta con otro estudio reciente de pacientes con CCR en etapa III, que encontró un riesgo significativamente reducido de muertes relacionadas con el CCR y por todas las causas con el consumo de café con cafeína solo (>4 tazas/día).1
Los estudios sobre el cáncer de mama también han encontrado vínculos entre el café descafeinado y una menor incidencia o recurrencia del cáncer.2.3Algunos de los otros compuestos que pueden ser responsables de los aparentes beneficios del café incluyen compuestos fenólicos (p. ej., ácidos clorogénicos), lípidos (p. ej., kahweol, cafestol), polisacáridos (p. ej., galactomananos, acemananos), fitoestrógenos (p. ej., trigonelina) y muchos otros fitoquímicos que proporcionan la característica que afecta directamente las características del cáncer.4
Si miramos hacia atrás y evaluamos cómo el café como alimento puede afectar la función gastrointestinal general, sus efectos sobre la microbiota intestinal y la motilidad intestinal son posibles mecanismos.5Además, se ha descubierto que el café mejora el control de la glucosa y también se han sugerido como posibles mecanismos sus beneficios fisiológicos netos para las personas con síndrome metabólico u obesidad.1
Como ocurre con todos los estudios observacionales, las asociaciones pueden ser un sustituto de otros comportamientos que resultan beneficiosos. Parece estar especialmente demostrado que las elecciones de estilo de vida influyen en los resultados de los supervivientes de cáncer colorrectal.6En base a esto, existen muchas alternativas de estilo de vida confusas que son plausibles específicamente para este estudio. Quizás quienes beben más café lo hagan en lugar de una bebida azucarada. Quizás las personas que están muy ansiosas opten naturalmente por beber menos café. Quizás aquellos que no beben café tienen más probabilidades de dormir mal. Quizás los bebedores de café se mueven más o al menos son menos sedentarios que los no bebedores. Estos sustitutos se pueden resumir en exceso de equilibrio energético, alteración circadiana y mayores concentraciones de catecolaminas endógenas, todo lo cual puede influir en los resultados. Ciertamente, no sabremos si el café en sí proporciona algún beneficio hasta que haya estudios de intervención con participantes aleatorizados.
Sin embargo, la observación de una relación dosis-respuesta en la que una mayor ingesta se correlaciona con mejores resultados da un poco más de credibilidad a la hipótesis de que el café en sí ofrece protección contra el CCR y su recurrencia.7Esto es consistente con el conjunto de datos más amplio sobre el café, donde la mortalidad general es menor en quienes beben hasta 5 tazas al día, en gran parte debido a un menor riesgo cardiovascular.8.9
El café se asocia no sólo con una menor recurrencia del CCR, sino también con una menor incidencia de varios tipos de cáncer, lo que significa que contiene componentes con efectos anticancerígenos. La evidencia más consistente es la asociación del consumo de café con menores tasas de diagnóstico inicial de cáncer de colon, endometrio e hígado.10-13A medida que la metabolómica se utiliza para descifrar el papel de las influencias genéticas y de la microbiota en el metabolismo de sus componentes, deberíamos obtener una mayor comprensión de los beneficios exactos del café.14
Desde una perspectiva clínica, ahora está claro que no es necesario suspender el consumo de café como parte de la prevención del cáncer. Cuando un paciente disfruta del café, es importante que honremos este ritual y le hagamos saber que los datos están de su lado. Para algunos pacientes, la inclusión libre de culpa de lo que pensaban que era un vicio puede ser terapéutica en sí misma.
