Saha, la historia del mustang salvaje

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En 2001, la adopté a ella y a otros dos mustangs salvajes del Palomino Valley Wild Horse Ranch, en las afueras de Reno, Nevada. Me tomó de julio a octubre de este año incluso tocarlos con un dedo y lograr que comieran hojas de mis manos. Estaba enamorado. En octubre de 2001, uno o ambos Mustang la hirieron. No sabía que era una lesión. En cambio, pensé que podría haber tenido cólicos porque estaba tirada en el suelo, rodando y no se levantaba. El cólico puede matar a un caballo... y...

2001 adoptierte ich sie und zwei andere wilde Mustangs aus der Wildpferdefarm im Palomino Valley, etwas außerhalb von Reno, Nevada. Ich brauchte von Juli bis Oktober dieses Jahres, um sie auch nur mit einem Finger zu berühren und sie dazu zu bringen, Blätter aus meinen Händen zu essen. Ich war verliebt. Im Oktober 2001 wurde sie von einem oder beiden anderen Mustangs verletzt. Ich wusste nicht, dass es eine Verletzung war. Stattdessen dachte ich, sie könnte Koliken bekommen haben, weil sie auf dem Boden lag und sich rollte und nicht aufstehen wollte. Colic kann ein Pferd töten … und es …
sabio

Saha, la historia del mustang salvaje

En 2001, la adopté a ella y a otros dos mustangs salvajes del Palomino Valley Wild Horse Ranch, en las afueras de Reno, Nevada. Me tomó de julio a octubre de este año incluso tocarlos con un dedo y lograr que comieran hojas de mis manos. Estaba enamorado.

En octubre de 2001, uno o ambos Mustang la hirieron. No sabía que era una lesión. En cambio, pensé que podría haber tenido cólicos porque estaba tirada en el suelo, rodando y no se levantaba. Los cólicos pueden matar a un caballo... y no es una muerte fácil.

Llamé a todos los veterinarios de la guía telefónica buscando uno que pudiera tratar a un mustang salvaje. La respuesta siempre fue “no”. Esto continuó durante dos días hasta que me encontré con una veterinaria valiente que dijo que vendría a ver qué se podía hacer.

Cuando llegó el veterinario, Saha llevaba dos días acostada de lado. Tenía miedo de que tuviéramos que sacrificarla. Me rompió el corazón, pero no quería hacerla sufrir más de lo que ya había sufrido.

El veterinario hizo que Saha se diera la vuelta y luego se pusiera de pie. Fue entonces cuando descubrimos que estaba herida en lugar de tener cólicos.

Saha estuvo en recuperación desde octubre de 2001 hasta abril de 2002, cuando empezó a levantarse por sí sola. Hasta ese momento tenía que rodarla todos los días y luego pasearla por el desierto para curarle la herida y dejarla comer salvia. Según el veterinario, la salvia tiene propiedades curativas para los caballos salvajes.

Nunca supimos si los otros caballos le pisaron la columna o la pelvis. De cualquier manera, no importa, ya que la conclusión es que Saha no es apta para montar o reproducirse. Ella sigue siendo mi mascota peluda muy grande.

En los 6 meses que Saha y yo caminamos juntas y trabajamos para mantenerla bien, nos hicimos buenas amigas. Aprendí lo que significan dureza, confianza y vulnerabilidad de mi bella y fuerte Saha.