Los investigadores han desarrollado una técnica de procesamiento químico que puede descomponer los tejidos en moléculas reutilizables, incluso si contienen una mezcla de materiales.
el uno en unoAvances científicosEl proceso descrito en el artículo del 3 de julio muestra que el reciclaje químico puede dar nueva vida a los textiles viejos. Si se amplía, esto podría ayudar a abordar la creciente montaña de desechos generados por la industria de la moda, dice el coautor del estudio Dionisios Vlachos, ingeniero de la Universidad de Delaware en Newark.
Las estimaciones sugieren que menos del 1% de los textiles se reciclan y casi tres cuartas partes de la ropa usada termina incinerada o en vertederos. "Un tercio o más de los microplásticos que acaban en el océano proceden de la ropa", afirma Vlachos. "Nuestra capacidad para desarrollar tecnología para lidiar con todos estos desechos y eliminarlos del medio ambiente, los vertederos y los océanos es muy importante".
Miriam Ribul, que investiga materiales sostenibles en el Centro de Circularidad Textil de UKRI, dice que aunque el reciclaje debería verse como un último recurso después de reparar y reutilizar la ropa vieja, la industria "agradecería la inversión en estos nuevos procesos y tecnologías para ampliarlos".
Textiles difíciles
Gran parte del reciclaje implica separar físicamente los desechos en materias primas, pero este enfoque tiene debilidades cuando se procesan textiles. Muchos tejidos se fabrican a partir de una mezcla de materiales, por ejemplo, algodón mezclado con fibras sintéticas como el poliéster. Las técnicas de reciclaje mecánico tienen dificultades para separar los textiles multifibra en productos que puedan reutilizarse. “La calidad de lo que se obtiene se reduce”, afirma Vlachos.
En cambio, los investigadores recurrieron al reciclaje químico para descomponer algunos componentes sintéticos de los tejidos en bloques de construcción reutilizables. Utilizaron una reacción química llamada glucólisis asistida por microondas, que puede descomponer grandes cadenas de moléculas (polímeros) en unidades más pequeñas utilizando calor y un catalizador. Lo han utilizado para procesar tejidos con diversas composiciones, incluido 100% poliéster y 50/50 polialgodón, que se compone de poliéster y algodón.
En el caso de los tejidos de poliéster puro, la reacción convirtió el 90% del poliéster en una molécula llamada BHET, que puede reciclarse directamente para fabricar más tejidos de poliéster. Los investigadores descubrieron que la reacción no afectó al algodón, por lo que con las telas de poliéster-algodón fue posible descomponer el poliéster y recuperar el algodón. Fundamentalmente, el equipo pudo optimizar las condiciones de reacción para que el proceso solo durara 15 minutos, lo que lo hacía extremadamente rentable. "Por lo general, estas cosas tardan días en descomponerse. Así que, pasar de días a unos pocos minutos, creo que es una innovación importante", dice Vlachos. Finalmente dice: "Creo que podemos irnos en segundos".
expansión
El estudio también examinó cómo otras combinaciones de materiales responden al proceso de reacción. Los resultados fueron buenos, incluso si los textiles contenían cantidades desconocidas de fibras como algodón, poliéster, nailon o spandex. El spandex se descompuso en una molécula útil llamada MDA y el nailon, al igual que el algodón, se pudo extraer intacto. Sin embargo, algunas telas de poliéster produjeron cantidades reducidas de BHET, incluidas las telas teñidas y las tratadas para resistir la luz ultravioleta o el fuego. El equipo sugiere que se necesita más investigación para optimizar las condiciones de dichos materiales.
En un análisis como parte de su estudio, Vlachos y sus colegas estimaron que con un mayor desarrollo, el 88% de la ropa del mundo podría reciclarse.
"Tenemos un proceso simple que podemos escalar para manejar grandes volúmenes de ropa", dice Vlachos. "Somos muy optimistas de que esto pueda convertirse en realidad".
